Tiempos de autocomplacencia y egocentrismo tan lejanos de los de aquellos hesicastas griegos. En fin, sólo recordar que nuestro centro gravitacional es una simple cicatriz destinada a recoger restos de fibras de nuestra ropa interior y sugerir que, si pretendes alejarte de este mundo por la vía del ascetismo y la introspección, escojas otra postura porque ésta resulta bastante incómoda.
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